
Buceando encontramos este artículo exhaustivo sobre sus propiedades
Habla del uso de la miel para el tratamiento de heridas, porque ayuda a cicatrizar y a prevenir infecciones en heridas o quemaduras superficiales, para la dermatitis seborreica y caspa, sus propiedades cosméticas (por sus cualidades astringentes y suavizantes).
En el tratamiento de afecciones en las vías respiratorias superiores, afecciones pulmonares, afecciones cardiacas, afecciones del tracto gastrointestinal, contra los ardores de estomago y el reflujo esofágico, gastroenteritis, estreñimiento y diarreas, gastritis y úlceras de estómago, afecciones hepáticas, pancreatitis aguda.
La miel y el alcohol (para tratar el alcoholismo o eliminar las resacas). Afecciones renales, enfermedades de los ojos, acción sobre los agentes nocivos externos, osteoporosis, menopausia y fracturas óseas, artritis… ¡Y más!
Alteraciones del sistema nervioso: para tratar el agotamiento físico y psíquico, los estados de ansiedad, nerviosismo e insomnio... ¡Y más!
La pregunta más sencilla es ¿qué es lo que no hace?
Incluso de habla de una POSOLOGÍA recomendada: de 2 a 3 cucharaditas al día (cucharas soperas si hay alguna infección).
Se ha encontrado tarros de miel (¡aún comestible!) junto a las momias de los faraones y como dato curioso: El cuerpo de Alejandro Magno fue trasladado de Babilonia a Alejandría sumergido en miel para evitar su descomposición (como un melocotón en almíbar) porque debido a su alta concentración en azúcar y su capacidad de absorción de la humedad, es un perfecto conservante natural.
La nuestra es ecológica por lo que mantiene sus propiedades íntegras. Tenemos de acacia y de mil flores. ¡Disfrutala! (con pan recién hecho, queso, en infusiones, con limón, en vez de azúcar -endulza más con menos-)
Recuerda que tiene un alto aporte calórico, así que recomendamos su uso sin abuso.
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